El ejercicio físico aumenta el nivel de energía del organismo y proporciona sensación de bienestar.
La Anáhuac Mayab, en las grandes ligas de la ciencia
Desde hace tres años, estudiantes de Medicina de la Universidad Anáhuac Mayab, dirigidos por su maestro Erick Murillo Rodríguez, investigan en ratas de laboratorio cuales son los mecanismos y los grupos neuronales del cerebro que generan el antojo, a fin de utilizarlo con fines terapéuticos en los humanos.
Los jóvenes, cuyo mérito es que dedican horas y horas a la investigación sin esperar créditos académicos, sino sólo por vocación, tratan de descifrar porque unas ratas escogen galletas, otras chocolates, cereales y unas más papas fritas, entre otros productos, luego de dos semanas de darles a probar todo el menú de alimentos.
Su experimento consiste en estudiar cuáles son las bases neuromoleculares del antojo que los llevan a elegir determinado alimento, distinto al de sus compañeras. El cerebro actúa de manera diferente si escogen galletas, chocolates o papas. La complejidad estriba en detectar cómo se produce este fenómeno neuroquímico, sustentado en protocolos de investigación de alto nivel científico.
El doctor Murillo explica que el experimento puede llevar 10 años y su objetivo es elaborar parches que inhiban el antojo de comer papas, chocolates y otros alimentos con alto contenido de grasas, que producen sobrepeso y obesidad.
Esa sería su aplicación práctica con fines terapéuticos en humanos y, de lograrlo, como todo parece indicar, el Laboratorio de Neurociencias Moleculares de la Anáhuac Mayab colocará a Yucatán en el concierto mundial de la investigación en Salud.
Los jóvenes, cuyo mérito es que dedican horas y horas a la investigación sin esperar créditos académicos, sino sólo por vocación, tratan de descifrar porque unas ratas escogen galletas, otras chocolates, cereales y unas más papas fritas, entre otros productos, luego de dos semanas de darles a probar todo el menú de alimentos.
Su experimento consiste en estudiar cuáles son las bases neuromoleculares del antojo que los llevan a elegir determinado alimento, distinto al de sus compañeras. El cerebro actúa de manera diferente si escogen galletas, chocolates o papas. La complejidad estriba en detectar cómo se produce este fenómeno neuroquímico, sustentado en protocolos de investigación de alto nivel científico.
El doctor Murillo explica que el experimento puede llevar 10 años y su objetivo es elaborar parches que inhiban el antojo de comer papas, chocolates y otros alimentos con alto contenido de grasas, que producen sobrepeso y obesidad.
Esa sería su aplicación práctica con fines terapéuticos en humanos y, de lograrlo, como todo parece indicar, el Laboratorio de Neurociencias Moleculares de la Anáhuac Mayab colocará a Yucatán en el concierto mundial de la investigación en Salud.
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