La erosión es un mal que causa estragos en tierra y en mar, a la vida animal y pérdidas económicas para los seres humanos, debido a que las propiedades ubicadas en la llamada primera fila o frente al océano, serán devoradas por las olas en un tiempo no muy lejano, para muchos casos.

Este fenómeno está presente en los cientos de kilómetros de costa en Yucatán y, aunque en los últimos años se han comenzado campañas de concientización y proyectos de rescate de las playas, los efectos negativos de la erosión siguen presentes y ganan terreno.

Para la bióloga marina, Andrea Caamal Pool esto afecta principalmente a la vida marina.

“La actividad antropomórfica, es decir, la que hace el humano ha agravado este fenómeno. Una de las cosas que causan su aceleramiento es la construcción de casas de verano muy cerca del mar, también la destrucción de los mangles, arrecifes, dunas costeras y en general la contaminación”, explicó la especialista.

Una de las especies que se ve más amenazada ante estos cambios físicos en las playas son las tortugas, quienes viajan miles de kilómetros en el mar para llegar a puerto esperando encontrar zonas de arena suficientes para la anidación de sus huevos.

“Estos animales se encuentran con escenarios donde ya no hay playa y deben adentrarse cada vez más a los puertos y los asentamientos humanos para encontrar un espacio donde poder desovar. Además, mientras más lejos del mar se tengan que ir, más peligros enfrentaran las tortugas recién nacidas para su regreso al océano, como depredadores”, agregó Caamal Pool.

La especialista señaló que para evitar que la erosión se siga “comiendo las playas”, es importante hacer los estudios pertinentes de impacto ambiental en las zonas de costa antes de hacer cualquier levantamiento humano.

También resulta importante evitar la deforestación de la vegetación marina como los mangles y la restauración de espacios que ya hayan sido previamente afectados y, reducir los contaminantes en playas y en el mar.