Se ha demostrado que las plantas en la casa ayudan a reducir el nivel de estrés y potencian la felicidad.
¿Cómo? A un nivel básico, las plantas te facilitan la respiración al aumentar el nivel de oxígeno en tu casa: absorben dióxido de carbono y producen oxígeno.
Además, algunas plantas ayudan a purificar el aire, filtrando químicos dañinos.
Y, por supuesto, los colores de las flores y las hojas de las plantas pueden iluminar una habitación y nuestro propio estado de ánimo.