Los derechohabientes y la población en general deben tomar precauciones en las playas o lugares donde haya mucho sol, ya que la insolación se considera una urgencia médica porque altera todo el cuerpo humano y puede ocasionar la muerte o una discapacidad permanente si no se proporciona tratamiento de emergencia.
Los síntomas de alarma pueden ser: piel roja caliente y seca (sin sudor), pulso rápido y más fuerte de lo normal, dolor palpitante de cabeza, mareo, náuseas, confusión, pérdida del conocimiento, derivadas de la exposición a altas temperatura ambientales. El grupo de edad más vulnerable son los niños, quienes juegan a toda hora e incluso en temperaturas extremas, explicó el Dr. Mario Hernan Alcocer Basto, Jefe de Atención Medica del ISSSTE.
Señaló que existen dos aspectos muy importantes que deben ser tomados en cuenta en los casos de insolación: las condiciones previas del organismo, sobre todo en cuanto a los aspectos nutricionales, y la hidratación del momento, que se considera la piedra angular del tratamiento.
El primer factor es importante considerando el porcentaje de agua que cada organismo tiene; además, se debe tomar en cuenta que el menor comienza a sudar a una temperatura más alta que el adulto y produce mayor calor metabólico por kilo de peso, aunado a que el riego sanguíneo hacia la piel es menor.
La insolación se produce cuando existe una falla para perder calor acumulado en el organismo, hecho que sucede generalmente luego de la exposición a altas temperaturas o por la realización de actividades físicas en ambientes extremadamente calurosos.
La insolación provoca un déficit de líquido en el cuerpo, lo que ocasiona una disminución en la fuerza, la capacidad de trabajo, la sudoración y problemas graves como agotamiento de glucógeno muscular e inestabilidad hemodinámica, necrosis tubular aguda, disfunción hepática, edema cerebral y alteraciones electrolíticas, que pueden presentar nauseas, vómitos, sensación de debilidad y disminución del nivel de conciencia y anhidrosis.
En cuanto a las personas obesas, diabéticas o con otras enfermedades, que además son sometidas a tratamiento por estos padecimientos o que toman menos agua, tienen un riesgo adicional.
Para prevenir estos riesgos, precisó el galeno es importante tomar algunas medidas como: no realizar actividades al aire libre en las horas de mayor calor, especialmente entre las 11:00 y las 15:00 horas o acortar los tiempos de exposición al Sol; usar ropa apropiada y absorbente para permitir la evaporación del sudor; tomar agua, sobre todo cuando se realiza un esfuerzo físico importante, cantidad que en los niños debe ser de entre 200 y 300 mililitros cada 30 minutos además de tener ambientes laborales ventilados, usar sombrero o sombrilla, evitar dejar adentro del vehículo a personas o animales.