Los embarazos ectópicos ocurren en el 2% del total de casos de madres en espera en todo el mundo, siendo así, una de las condiciones más comunes en esta etapa, pero ¿qúe es?.
Normalmente, el espermatozoide fecunda al óvulo cuando este ya se encuentra en las trompas de Falopio y una vez implantado viaja hasta el útero donde se desarrolla para finalmente nacer.
Sin embargo, en algunos casos, el óvulo puede ser implantado cuando aún no ha dejado el ovario, por lo que el embrión comenzará a desarrollarse en este estrecho espacio, ocasionando a los pocos meses, consecuencias en la salud de la madre como mareos, dolores fuertes y desmayos, entre otros.
La rotura de la trompa puede provocar una hemorragia que puede llegar a ser mortal si no se trata con cirugía. Los embarazos ectópicos son la principal causa de mortalidad materna en el primer trimestre.
Las mujeres con mayor riesgo de sufrir un embarazo ectópico son aquellas que ya han tenido uno antes. Las probabilidades también son mayores en aquellas que tienen infecciones pélvicas o cirugías uterinas previas. La fecundación in vitro también aumenta el riesgo. Sin embargo, la mitad de este tipo de gestaciones se producen en personas sin ningún factor de riesgo.
El tratamiento de los embarazos ectópicos depende del historial de salud de la paciente y de una evaluación médica de su estado. Las mujeres sanas con bajo riesgo de rotura inminente pueden recibir una inyección de metotrexato.
Con este medicamento el embrión deja de crecer y el organismo acaba por reabsorberlo. Una o dos dosis suelen ser eficaces.
Si la trompa uterina se ha roto, la paciente necesita una intervención quirúrgica de urgencia. A través de una pequeña incisión, el cirujano extrae el embrión de la trompa uterina, a veces con toda o parte de la propia trompa.
El tratamiento de esta afección pone fin al embarazo, razón por la cual algunas personas confunden el tratamiento del embarazo ectópico con el aborto electivo. Pero con o sin intervención, los embarazos ectópicos no sobreviven más allá de los primeros meses. Por el contrario, terminan mucho antes de que sea posible un parto saludable.