Los murciélagos desempeñan un papel fundamental en la polinización, toda vez que un grupo de estos animales nocturnos se encarga de polinizar a más de 500 especies de flores en todo el mundo, reveló el profesor del Instituto de Ecología Evolutiva y Conservación Genómica de la Universidad de Ulm, Alemania, Marco Tschapka, durante la conferencia magistral “Murciélagos nectarívoros y sus plantas en el Neotrópico”.
Como parte del III Congreso Latinoamericano y del Caribe de Murciélagos (COLAM), organizado por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), el Programa de Conservación de Murciélagos de México (PCMM) y la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los Murciélagos (RELCOM), el experto destacó las adaptaciones conductuales y morfológicas de los murciélagos nectarívoros, además de presentar también algunas perspectivas de las plantas.
Detalló que esta especie muestra una serie de adaptaciones interesantes para su comportamiento de forrajeo, como hocicos alargados, lenguas muy modificadas y la capacidad al vuelo sostenido frente a las flores.
Estos animales se caracterizan, abundó, por tener una lengua de gran tamaño que se alarga para captar el néctar de las flores, la cual, cuenta con unos pelos que le sirven como brocha; cuando los murciélagos llegan a la planta para alimentarse, su cabeza y pecho se impregnan de polen, que después llevan a otra flor.
Del mismo modo, las flores nocturnas polinizadas por murciélagos están adaptadas a este proceso, pues son grandes y expuestas, además de que pueden proporcionar considerables cantidades de néctar diluido.
Por último, comentó que la mayoría de los murciélagos se alimentan de insectos, y a menudo emiten sonidos potentes y de gran alcance con cada movimiento ascendente de las alas; en cambio, los nectarívoros producen un sonido tenue, aunque muy sofisticado, que los científicos llaman de frecuencia modulada.
Esta clase de sonidos priorizan los detalles por encima de la distancia y son más efectivos dentro de un radio de unos cuatro metros, asimismo, devuelven información precisa sobre el tamaño, la forma, ubicación, textura, ángulo y profundidad del objetivo, así como otras características que solo los murciélagos nectarívoros son capaces de interpretar.
Por otra parte, durante el COLAM, Samara Pérez-Harp, estudiante y ponente del Congreso, presentó su proyecto de tesis “La vida nocturna en la gran ciudad: murciélagos nectarívoros en Ciudad de México”.
En su presentación destacó que la acelerada urbanización ha modificado profundamente los ecosistemas y la biodiversidad amenazando la supervivencia de las especies locales, sin embargo, algunas se han logrado adaptar a estos entornos modificados, en donde las áreas verdes juegan un papel importante para mantener cierta biodiversidad urbana, proporcionando recursos alimenticios y refugio.
En el caso de la Ciudad de México, informó, se tienen registros históricos de cinco especies: el murciélago trompudo, el magueyero, magueyero menor, Rabón de Geoffroy y Lengüetón de pallas.
Apuntó que para saber qué especies se encuentran actualmente y dónde, se analizaron cuatro parques urbanos: el Jardín Botánico de Chapultepec, el Zoológico San Juan de Aragón, el Jardín Botánico de la UNAM y el Zoológico Los Coyotes.
Este trabajo se llevó a cabo durante un año, en el que cada parque fue visitado dos noches seguidas cada mes; en este periodo se encontraron cuatro de las cincoespecies registradas previamente, además, se concluyó que los parques urbanos de la ciudad con plantas quiropterófilas atraen murciélagos nectarívoros casi todo el año, a pesar de la alta urbanización.