La infelicidad ha aumentado en todo el mundo desde hace por lo menos 10 años, la pandemia de covid-19 no ha sido el único reactivo, advierte un estudio de la consultoría Gallup. Mientras las economías se han centrado en el PIB y el desempleo, pocas personas miran la salud mental y emocional.
Este Día Mundial de la Salud Mental, conmemorado cada 10 de octubre, muchas personas pondrán la atención que el resto del año no le prestan el tema. Es un buen momento para informar que en los últimos 15 años se cuadruplicó el número de personas a nivel global que se siente infeliz, según la consultoría Gallup. En 2006 el 1.6% de las encuestadas calificó su vida como la peor posible; actualmente, en esa situación se encuentra el 8 por ciento.
Después de una pandemia, donde también hubo ganadores, ambos extremos —felicidad e infelicidad— se han ensanchado. En una escala del cero al 10, donde 0 es la peor vida posible y 10 es la mejor posible, en 2006 el 3.4% de las personas calificó su vida con la máxima puntuación. Para el informe que Gallup presenta este 2022, ese porcentaje se duplicó a 7.4 por ciento.
De acuerdo con la investigación de la firma estadounidense, el 20% de las personas que califican su vida como la peor tiene mal trabajo, sus ingresos son insuficientes para sobrevivir, vive en comunidades rotas, tiene hambre o desnutrición y no cuenta con alguien que le brinde ayuda. Más que nunca, se sienten tristes, estresadas y enojadas.
“Decirle abiertamente a un encuestador que tienes la peor vida imaginable revela un estado de ánimo terrible, y aproximadamente el 8% del mundo le dice a Gallup exactamente eso”, señala la consultora.
ntes de culpar a la covid-19 por el aumento de la fatalidad, la consultoría muestra sus gráficas. En ellas se observan que los índices de la desdicha comenzaron a subir al menos desde 2011.
“La infelicidad ha estado aumentando en todo el mundo durante una década, pero casi todos los líderes mundiales la pasaron por alto. ¿Por qué? Porque se centraron en medidas como el PIB y el desempleo. Casi ninguno de ellos prestaba atención a cómo se sentía la gente”, señala Jon Clifton, director ejecutivo de Gallup, En el artículo El aumento global de la infelicidad.