El suicidio es el primer motivo de mortalidad en personas menores de 29 años. 316 individuos en este rango de edad fallecieron por suicidio frente a los 299 que murieron por accidentes de tráfico o los 295 que sucumbieron a tumores.
El acceso a la universidad es un punto de inflexión. Los estudiantes empiezan a convertirse en adultos jóvenes y tienen que adaptarse a numerosos cambios en su vida. Muchos se mudarán, dejarán de vivir con sus padres, conocerán a nuevos compañeros. Además, deberán hacer frente a nuevos requerimientos académicos, formas de evaluación, trabajos, etc.
Como agravante, los estudiantes de profesiones sanitarias tienen que hacer frente a las prácticas clínicas, primera puerta de entrada a vivencias como la enfermedad, el sufrimiento o la muerte.
De acuerdo con expertos, las señales que nos pueden alertar de si una persona está teniendo ese tipo de ideas pueden ser de dos tipos: verbales, lo que dicen con sus palabras, y no verbales, lo que nos comunican con sus acciones.
Suicidio, ¿cuáles son las señales de alarma?
-Las señales verbales van desde comentarios despectivos sobre su vida o hacia sí mismos, hasta frases de despedida, sobre el deseo de no estar, de dormir y no volver a despertar o sobre la muerte.
-Como señales no verbales o comportamientos cabe señalar la búsqueda información sobre métodos de suicidio, cambios repentinos de conducta o de su forma de ser y actuar (irritabilidad, aislamiento y cambios en los ritmos de sueño, su aspecto o su higiene), precipitación por cerrar asuntos pendientes, regalos de objetos personales, etcétera.