La Asamblea General de la ONU decretó en el 2011 que el 21 de marzo de cada año se celebre el Día Mundial del Síndrome de Down, con el objetivo de generar una mayor conciencia pública sobre esta cuestión y recordar las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades. Así como resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones, señaló la psicóloga Nelly Patricia Morales Murguia, encargada en prevención y atención de la violencia familiar Y de género en la Clínica Hospital Mérida APP ubicada en la colonia Susulá de esta Ciudad.
Morales Murguia definió que el síndrome de down es un trastorno genético en el cual una persona tiene 47 cromosomas en lugar de los 46 usuales. Hay una copia extra del cromosoma 21. Esta copia adicional cambia la manera en que se desarrollan el cuerpo y el cerebro del bebé, lo que puede causarle tanto problemas mentales como físicos.
Comentó que se estima que a nivel mundial 1 de cada mil cien bebés nacen con Síndrome de Down y presentan alteraciones en el desarrollo intelectual y motriz desde los primeros años. Además, las niñas y los niños con síndrome de Down pueden tener afecciones cardíacas y problemas visuales y auditivos. Pero con una atención médica oportuna se puede mejorar significativamente su calidad de vida.
Destacó que las personas con síndrome de down muchas veces son discriminadas, aun teniendo los mismos derechos que todos cuando deben vivir una vida plena y desenvolverse óptimamente en la sociedad.
“Muchas veces priorizamos la salud física antes que aquella relacionada con el ámbito psicológico, cuando esto no debería ser así”.
“Sin salud mental no hay salud ya que esta es la encargada de gestionar las emociones, la forma en la que nos sentimos y cómo nos afecta, la atención de la salud mental repercute entodo aquello que nos rodea”.
Señaló que podríamos definirla salud mental como el bienestar emocional, psicológico y social, pues esta determina la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando nos enfrentamos al día a día.
“Entre los principales trastornos mentales asociados al síndrome de Down destaca la depresión, que afecta a más del 20% de personas las cuales suelen presentarse en forma de pérdidas de apetito o falta de motivación para realizar tareas que antes hacían y disfrutaban. Otras patologías como el trastorno bipolar, la esquizofrenia y el autismo también se incluyen en esta lista, y de no ser tratadas en su debido momento podría ocasionar serios efectos negativos en el paciente”.
Refirió que muchas personas con síndrome de Down tienen los rasgos faciales típicos y ningún otro defecto de nacimiento mayor. Sin embargo, otras pueden tener uno o más problemas médicos.
“Es importante señalar que el síndrome de Down es una afección que dura para toda la vida y por lo tanto como padre o cuidadores primarios se debe de estar al pendiente de su salud física y mental, tratar de lograr una mayor autonomía, inscribiéndolos y haciéndolos participar en servicios como estimulación temprana que suelen ayudar a los bebés y a los niños con síndrome de Down a mejorar sus capacidades físicas e intelectuales y más adelante en talleres donde aprendan hacer manualidades o enseñarlos hacer galletas, postres, incluso cocinar para que al llegar a la etapa de adulto sean independientes económicamente”.
Dijo que en la actualidad contamos con una amplia gama de instituciones las cuales la mayoría de estos servicios se centran en ayudar a los niños con este síndrome a desarrollar su máximo potencial.Estos servicios incluyen terapia del habla, ocupacional y física, y generalmente se ofrecen a través de los programas de intervención temprana. “No Somos Un Estereotipo” es el lema de la campaña del Día Mundial del Síndrome de Down 2023. Una campaña que pretende desmontar mitos y estereotipos sobre las personas con síndrome de Down.